La terapia con agua fría funciona mejor con la combinación adecuada de tiempo y temperatura. Por ejemplo, si estás en agua a 10°C, te recomendamos permanecer dentro no más de 10 minutos.

La duración ideal de un baño de hielo es de 10 minutos, esto maximiza los beneficios de la crioterapia de la inmersión en agua fría sin inducir un estrés excesivo ni poner los tejidos en riesgo de congelación o el cuerpo en riesgo de hipotermia.

La inmersión en agua fría o baños de hielo, ayudan a reducir la inflamación de los tejidos debido a la degradación muscular y los microdesgarros que se producen durante la actividad física intensa o prolongada y, además, ayudan a controlar la inflamación.

Un poco de inflamación es algo bueno, pero demasiada puede provocar daños secundarios o lesiones hipóxicas.

Los mecanismos incluyen ayudar a la normalización de la temperatura corporal, limpiar los músculos mediante la combinación de presión hidrostática y constricción de los vasos sanguíneos inducida por el frío, una disminución de la actividad metabólica, el equilibrio de los sistemas simpático y parasimpático y una reducción del daño muscular.

Los baños de hielo y la terapia con agua fría deben abordarse con precaución durante el embarazo o la lactancia.

Consulte con un profesional de la salud:

Si está embarazada o amamantando, es esencial que consulte con su profesional de la salud antes de intentar un baño de hielo o una terapia con agua fría. Pueden evaluar sus circunstancias individuales, brindarle orientación personalizada y abordar cualquier riesgo o inquietud potencial.

Consideraciones durante el embarazo:

El embarazo puede provocar cambios fisiológicos únicos y los efectos de la inmersión en agua fría sobre estos cambios no se comprenden bien. Dado el posible impacto sobre la circulación sanguínea y la respuesta del cuerpo al frío, es fundamental buscar asesoramiento profesional para determinar la idoneidad de los baños de hielo durante el embarazo.

Preocupaciones de seguridad para la lactancia materna:

Los efectos de la terapia con agua fría sobre la producción de leche materna o sobre los lactantes no están bien establecidos. La exposición al frío puede causar vasoconstricción y potencialmente afectar el suministro de leche. Por lo tanto, se recomienda consultar con un profesional de la salud antes de realizar baños de hielo durante la lactancia.

No, los baños de hielo no deben utilizarse como sustituto del tratamiento médico profesional.

Si bien los baños de hielo pueden tener beneficios terapéuticos, están destinados principalmente a ser una forma de terapia con agua fría y no deben reemplazar el consejo, el diagnóstico o el tratamiento médico.

Si tiene algún problema de salud específico o está considerando utilizar baños de hielo para una afección específica, es fundamental consultar con un profesional de la salud calificado.

Para un baño de hielo, el agua debe estar a una temperatura de entre 10 y 15 grados Celsius (alrededor de 50 a 60 Fahrenheit) . Esto suele tardar unos 10 minutos en lograrse si se utiliza una proporción de agua y hielo de 3:1. sin embargo, después de pruebas a largo plazo utilizando solo agua corriente del grifo, descubrimos que no es necesario agregar hielo; se beneficiará de la terapia con agua fría a una temperatura de alrededor de 15 grados centígrados o menos cuando se instale al aire libre.

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